El Loco

Érase un  demente
que vagaba errante,
de noble talante
y verbo elocuente.

Para algunos,prudente,
para otros intolerante.
Con frágil semblante
miraba indolente
las burlas de la gente,
que no hay quien aguante.

Su paciencia de elefante,
le hacía inteligente,
con su crítica mordiente,
su lengua parlante
lograba que se aparten
las más insanas mentes.

Y mientras,sonriente
les daba un desplante,
bebía al instante
su copa de aguardiente;
pues preferentemente
se hallaba desafiante
en bares lindantes
cercanos al puente.

El barman,consecuente
y enorme "cascante",
se enfadaba bastante
al verlo presente.

Exasperádamente
su boca berreante,
de forma alarmante
gritaba impotente...

-¡Ya está bien Vicente!,
tu actitud discordante
recostado en el pescante
me quita clientes.

Y preferentemente
mejor que te levantes
con gesto elegante
y mirada ausente,
antes de que se aumente
la tensión reinante
y tu fama de feriante
se olvidará fácilmente.

-¡No me iré tranquilamente!
-responde el loco tajante
-y no seas tan liante,
no soporto a quien me miente.

Mas,respóndeme fielmente...
-Si se mofan ignorantes
y haciéndolo son constantes,
piensa detenidamente...

¡Quién es más loco realmente,
quién imita a sus semejantes
con actitud preocupante?
¿0,quién de forma valiente
se enfrenta a los insultantes
comentarios denigrantes
diciéndoles lo que siente?.

Escrito por Zuhaitz en 1982